lunes, 1 de julio de 2019

La obesidad y el Plan Vearacruzano de Desarrollo.

Al principio extrañé no encontrar la palabra en una lectura rápida. Después, tras una lectura detenida, me sorprendió no encontrar ni una mención del tema. Al final, el buscador de palabras terminó por disipar mi incredulidad: el Plan Veracruzano del Desarrollo no aborda ni menciona una de las más grandes epidemias que enfrenta nuestro estado: la obesidad.
No se abordaron muchos otros temas como: la mala distribución de recursos técnicos y humanos, la triste situación laboral de muchos médicos y enfermeras contratados por la Secretaría de Salud o el retraso que existe en la atención médica y los procedimientos quirúrgicos. Me hubiese gustado ver que las metas estuviesen menos enfocadas en unidades rehabilitables o disposición de medicamentos y que fuesen más dirigidas a disminución de tasas de enfermedad o muerte. Pero, sin duda, lo que más me ha sorprendido es que no se menciona a la obesidad.
Es entendible que un plan de este tipo sea, por economía, una trazo muy general de lineas de acción que ahorre en detalles muy específicos. Estos planes, más que señalarnos cada una de las acciones de un gobierno, nos resultan interesantes porque reflejan en que están pensado los lideres de gobierno, que temas les resultan más importantes, a cuales les dedicarán más atención. Es por eso imperdonable que no exista una sola mención de la palabra obesidad en todo el texto.
México tienen un gran problema de sobrepeso, 7 de cada 10 mexicanos lo padecen. Ocupa el segundo lugar mundial en obesidad general y el primer lugar en obesidad infantil. Y, aun dentro de este país sobrado en kilos, Veracruz destaca por ocupar uno de los primeros lugares nacionales en este problema siendo la tercera entidad que reportó más nuevos casos en el 2018.
Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, dos enfermedades descaradamente asociadas a la obesidad, ocupan las principales causas de muerte entre los veracruzanos. También es clara su relación con muchas otras enfermedades de las más prevalentes como: hipertensión, enfermedad vascular cerebral, higado graso, apnea del sueño, osteoartrosis, etc.
Además de los terribles costos vitales, incapacidades laborales y calidad de vida que producen estas enfermedades también tienen grandes costos económicos. México ocupa el 13% de su gasto en salud en atención directa de la diabétes mellitus.
De tal forma que si alguien conoce a la Dra Waltraud Martínez Olvera, Jefe de la Oficina de Programa de Gobierno del Estado de Veracruz, le pediría que se le acercara lo suficiente para poder susurrarle al oído las palabras obesidad y sobrepeso. Comentarle que hay que tratar de hacer una medicina preventiva y tener como una prioridad el combate a los factores de riesgo antes que a las enfermedades. Que es costo efectivo, posible y éticamente indispensable luchar contra un flagelo tan acuciante y que no podemos esperar más tiempo para implementar medidas audaces y agresivas contra este problemas. 

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