miércoles, 21 de diciembre de 2016

Enrique Hidalgo, Campeón Estatal de Veracruz 2017.


No se exactamente cuando conocí a Enrique pero se que fue en mi juventud temprana. En esa época existía en Xalapa un ambiente muy interesante para el ajedrez con muchos jugadores jóvenes y torneos con cierta regularidad. Un poco más grandes de edad eran Nahum Paredes, Jaime Bretón, Cesar Pastrana, Federico Andrade y Manuel García, entre otros. Un poco de menos edad tenía la que considero mi generación ajedrecística: Luis Benitez Lira, Williams Bustamante, Martín Pineda, etc. De entre todos poco a poco Enrique empezó a destacar con una clara influencia de Kasparov: aperturas ambiciosas, poco interesado por la acumulación de pequeñas ventajas prefería un juego dinámico y maximista, su conocimiento de varias aperturas lo hacía resistente a las preparaciones caseras. Quizás a fines de los años 80s o principios de los 90s su nombre se volvió reiterativo como el ganador de todos los torneos locales. Era claro que su nivel de juego se encontraba uno o varios escalones por arriba del resto y que, incluso, le permitía enfrentar a maestros con éxito.
Creo con sinceridad que en Veracruz han existido varios jugadores con el talento necesario para llegar a obtener alguna titulación internacional. Puedo recordar uno o varios de cada región de nuestro estado. Pero también es cierto que el talento por si solo no basta. El gusto por el estudio y el trabajo constante es otro de los pilares indispensables y creo que en este caso también estaban presentes.  Siento que si hubiese existido una evolución natural el título para Enrique hubiese llegado por si solo. Pero muchas veces en nuestro deportes hay muchas cosas que no son naturales y una de esas, a la que yo identifico como el punto de quiebre, sucedió tras un nacional universitario.
Tras un fuerte torneo Enrique ocupa el cuarto lugar nacional, solo por detrás de maestros FIDE que ya ocupaban uno de los primeros lugares nacionales absolutos y por arriba de algún otro MF en las mismas condiciones. Este resultado le permitía ser parte del equipo nacional y acudir al Mundial Universitario que ese año se jugaría en la ciudad de Odessa, puerto ucraniano que en ese entonces aún formaba parte del conglomerado de la URSS. Podría enfrentar a algún GM y varios MI. Tendría el estímulo para prepararse aún con mayor fuerza y darle un empujón definitivo para plantearse metas que trascendieran el ámbito local. Pero las cosas se torcieron. En la Universidad Veracruzana alguien decidió que Enrique no era el jugador que iría a ese campeonato, que otro jugador de la misma casa de estudios con méritos menores sería el representante. Por supuesto, el resultado fue terrible. El jugador elegido cumplió con una actuación discreta y después de eso se retiró del ajedrez competitivo. A Enrique le vimos perder la inercia y a pesar de mantener un nivel tan fuerte y el gusto por el juego y el análisis que aún tiene ya no le vimos esa búsqueda intencionada de que eso se reflejara en ELOs, campeonatos o títulos. El absurdo de un funcionario no nos privó de seguir disfrutando de sus juegos, su generosidad y don de gentes pero probablemente si evitó que las cualidades que ya he mencionado se viesen compensadas con los reconocimientos que se merecen.
Ahora he visto con agrado que Enrique Hidalgo Mendoza es el campeón del Estado de Veracruz del 2017, no tengo por seguro que sea su primer campeonato estatal y creo que lo más posible es que no sea el último.
Le he felicitado con una referencia muy vanidosa. Hay personas que visten a los premios. El campeonato estatal veracruzano es hoy a día más valioso de lo que era antes. Tuve el honor de ganarlo en una ocasión creo que en el año 92 o 93. Pero a partir de hoy lo diré con más orgullo porque ahora puedo decir: he sido campeón de Veracruz como el Master Enrique Hidalgo Mendoza.