jueves, 17 de noviembre de 2016

Termina una época "Club de Ajedrez de Villajoiosa"


El día de hoy cambiará la mesa directiva del Club de Ajedrez de Villajoiosa. Termina con esto una etapa del equipo en que he militado en los últimos cinco años. Esta etapa es la consecuencia directa de los esfuerzos de un puñado de jugadores que lograron reconstruir desde la nada al equipo de una población con amplia tradición ajedrecista. Es imposible no mencionar que quien encabezo desde la apertura este trabajo ha sido el catedrático Miguel Lloret Climent. Muchas veces he escuchado los tiempos en que iniciaron su ascenso desde la más inferior de las categorías. Primero con la ayuda de una cantera de niños (Aarón Viudes, Charles Lloret y Francisco), ahora convertidos en unos jóvenes en los que es fácil distinguir como vena común la calidad humana, y, conforme el equipo se hacía más atractivo por su ascenso de categorías y el gran ambiente que reinaba en su seno, con la incorporación de fuertes y experimentados jugadores con los que logró llevar en dos ocasiones a la Vilajoiosa a la máxima categoría de la Comunidad Valenciana.
Dos cosas distinguían a esta equipo de la mayoría de los que militaban es esa categoría: la primera es que no tenía un solo jugador fichado, la segunda, que a mi entender explicaba la primera, es que era un grupo de amigos en los que reinaba la camaradería.  
Uno de esos acompañantes, quizás el más cercano, que caminó con Miguel todo el trayecto ha sido Salvador Soler quien fungió como tesorero en el último periodo. Fue impresionante verlo entregar una cuentas en las que estaba descrito el más mínimo detalle de ingresos y egresos. Como contrastaba con otras cuentas en las que los renglones con más recursos son aquellos que incluyen cosas tan poco aclaradoras como "gastos de representación". 

Mi llegada al grupo fue un tanto fortuita: después de intentar el ingreso de manera infructuosa en otros equipos de la Marina Baixa conocí por azar a Vicente Cano, gracias a su intermediación y a la generosidad de los otros miembros fui aceptado en el que sin duda es el equipo en el que más cómodo podría encontrarme. Vicente Cano ha sido desde entonces el jugador franquicia del equipo, puntual en combatividad (es memorable esa partida donde se jugó al todo o nada el primer ascenso y que terminó en un apuro de tiempo mutuo de infarto) y un secretario brillante. Por sus buena relaciones con todos los integrantes ha sido una dolorosa pérdida su cambio de filiación  para la próxima temporada

Creo que a todos ellos no se les ha reconocido lo suficiente en el fin de esta etapa. Creo incluso, que ha sucedido claramente lo contrario. Vaya entonces estas lineas como una felicitación personal por todo lo logrado. El grupo que construyeron tenía un poco de esa magia que hace especiales a unos grupos. Le deseo a la nueva mesa directiva el mayor de los éxitos. La gente que les ha apoyado se lo merecen.