martes, 18 de julio de 2017

Sobre participación mexicana en el NAYCC 2017.



Tras los resultados mexicanos en el pasado Campeonato Norteamericano de Ajedrez juvenil se ha desatado un pequeño debate sobre la participación jugadores nacionales en estos torneos internacionales por edades. La discusión es larga y prolífica. Ha generado una de las rivalidades públicas más conocida del ajedrez mexicano pero, si ustedes me permiten mi opinión, no ha sido enfocada como a mi me gustaría.
Queda en claro que el ajedrez infantil y juvenil es el punto más importante donde debemos trabajar si queremos mejorar el nivel general de nuestro país. A los 20 años se debe de llegar con un nivel de juego que permita competir con los mejores del país o difícilmente se llegará.  Así, es importante dar el máximo apoyo posible o, en el peor de los casos, las mayores facilidades para que cada uno de estos jóvenes trebejistas pueda tener las mejores oportunidades.
No creo que valga la pena discutir si se deben de dar avales o no para participar en un torneo abierto cuando a la Federación no le costará un peso este apoyo. El aval hay que darlo y punto. En la época en la que se inició esta polémica existían en México tres fortísimos jugadores menores de 20 años que coincidían en el tiempo: Manuel León, Ibarra Chami y Uriel Capo. No importa quien ganara el nacional si podían mandarse a todos habría que hacerlo. 
El Dr Capo organizó a los padres en la Asociación Nacional de Padres de Ajedrecistas y presionó a los dirigentes federativos hasta lograr que aceptaran proporcionar un numero significativos de avales para participar en estas competencias. Por otra parte, los federativos lo aprovecharon para cobrar estas cartas y hacer un pequeño negocio con el que casi todos quedaron contentos. La del MF López Michelone  fue la voz más significativa en contra de esta medida. Su argumento no era vacuo: muchos de estos niños y jóvenes iban sin la preparación suficiente como para competir con mediano éxito contra los campeones de otros países de nuestra región. 
Y desde entonces la discusión parece centrarse en si estos avales se deben dar o no. 
Por supuesto, yo quisiera desviar esta discusión a la segunda parte de la ecuación: ¿como hacer que quienes vayan obtengan mejores resultados? No preguntarse si se debe ir o no, sino en como que se debe hacer para que vayan con garantías de resultados. 
la verdad es que no tengo una respuesta segura a esto pero si algunas propuestas:
1.- La formación de una Comisión Nacional de Instructores que se encargue de hacer un análisis de como se está trabajando la cantera en cada una de las Asociaciones estatales y proporcionar herramientas para crear una estructura de entrenamiento en aquellas que no lo tengan. 
2.- Crear los cursos para instructores de ámbito nacional en las Asociaciones que lo soliciten.
3.- Tener un Centro Nacional de Alto Rendimiento que proporcione los recursos mínimos a los jugadores para entrenarse (ordenadores, programas, bases de datos, libros, revistas)
4.- Formar Selecciones Nacionales y Estatales, con carácter anual, de niños y jóvenes que reciban apoyo de entrenamiento y material de preparación.
5.- Estancias Europeas para jóvenes menores de 20 años con posibilidad de norma o título. 

Mencionan el llamar a un GM internacional para asesoría por internet, me parece una genial opción. Pero creo que es mucho más importante formar una estructura de entrenadores propios a nivel nacional. personal con gran curriculum existen y están subaprovechados o desaprovechados por completo: MI Ocampo Vargas, GM José González, MI Benjamín Góngora, GM Juan Carlos González, GM Gilberto González, MI Guil Rusek, etc. No sería imposibles otorgarles un salario, o beca, como entrenadores y creo que alguno de ellos aceptaría colaborar. Algunos están bien relacionados con la actual directiva de la Federación.

Como en la época del Dr Capó, creo que el impulso para la formación de alguna estructura de apoyo debe de venir de la comunidad ajedrecística organizada y ser respaldado por las instancias deportivas (Asociaciones y Federación). 

En fin, es una idea. Existen muchas personas mucho más calificadas que yo para opinar sobre esto. Ojala escuchemos sus propuestas.   

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