miércoles, 4 de julio de 2007

Necrológica Sr. Ochoa.

Cuando mi hermano ganó el torneo interno de ajedrez de la Escuela Secundaria Técnica No 3 mis padres decidieron llevarle a clases con el que ellos recordaban que era el mejor jugador de Xalapa. Entonces yo tendría algo así como 9 o 10 años pero, como en todas las cosas que hacía mi hermano, a mi también me llevaron. Cuando llegamos nos recibió muy amablemente y nos llevó a un cuarto en el patio de su casa que dedicaba a ser un club de ajedrez. "El club del señor Ocho", como era conocido el lugar, era el centro de reunión de todos los ajedrecistas de Xalapa y en el vi jugar a una generación de jóvenes que ni en número ni en calidad ha sido igualada hasta el momento en Xalapa (Nahum Paredes, Jaime Bretón, Cesar Pastrana, Manuel García, Federico Valentín, Rafael Sánchez).
Con el tiempo he valorado la calidad de las clases que recibimos en su club mi hermano y yo: partidas del match Fisher-Spassky, aperturas, finales básico, etc. Esos pocos meses le sirvieron a mi hermano para llegar hasta el torneo estatal y a mi, junto con las partidas y consejos que generosamente compartían conmigo los jugadores más experimentados, me sirvió para engancharme al juego para toda la vida. Recuerdo aún que un día me comentó que si no aprendía a jugar bien la Ruy López jamás llegaría a ser un buen jugador de ajedrez. Si ustedes le preguntan a alguien que me conozca bien les podrá contar que nunca me ha visto jugando esta apertura...ni obteniendo algún título ajedrecístico.
No está de más decir que era un jugador bastante fuerte. Manejaba con soltura varios sistemas de aperturas. Tenía claros conceptos posicionales (ahora recuerdo que fue el quien me recomendó los libros de Grau haciendo incapié en el tomo no 3) y muchísimos recursos posicionales. Cuando se acercaba un torneo fuerte todos querían jugar con el para probar sus preparaciones caseras.
El día de hoy me he enterado que el Sr Ochoa ha fallecido.
Hace un tiempo formé, junto con otros aficionados, un nuevo club de ajedrez. En la reunión en la que nos constituimos propuse que el club llevara su nombre. Por cosas inexplicables el club se terminó llamando Caballeros del Temple y así perdimos la oportunidad de agradecer de alguna manera lo mucho que el Sr Ochoa había aportado al ajedrez. Ahora es tarde. Los torneos in memoriam tienen el grave defecto que siempre falta el festejado. Ahora solo me queda seguir su ejemplo y encontrar algunos niños con quienes compartir la belleza de las partidas del match Fisher- Spassky.

1 comentario:

Enrique A. Hidalgo Mendoza dijo...

Estimado Eduardo: Ciertamente tuvimos la oportunidad de mostrar nuestro respeto para con el Sr. Ochoa nombrando ese nuevo Club con su nombre, pero las oportunidades perdidas son copas vacias...tienes razón. Recuerdo ese tiempo, en el que jugamos en clubes diferentes y también conocí a toda esa generación que mencionas, creo que sería valioso, tener una iniciativa conjunta entre todos aquellos que recibieron el cobijo y apoyo del Sr. Ochoa organizando algún evento que pueda hacerse periódicamente demostrando así que su presencia se mantiene entre todos ellos.